El último paso en una construcción es el techo, que a la vez es donde se invierte mucho dinero, en caso de que se decida por construir una losa de cemento.

Sin embargo, el techo de una construcción no siempre tiene que ser de cemento, hay otro tipo de materiales, en este caso, la lámina.

Por esta razón, te compartimos algunas ventajas de tener un techo de lámina:

Los techos de lámina tienen un peso aproximado de 40 kilogramos por cada metro cuadrado; otros materiales pueden llegar a pesar hasta 400 kg. Al ser más livianos requieren menor inversión en la estructura del soporte.

Los techos de lámina son capaces de resistir lluvias, granizo, viento, fuego y es inmune a la putrefacción a la corrosión causada por insectos.

Su instalación no toma mucho tiempo ni es complicada, aunque también depende del área que se requiera cubrir.


Tienen una efectiva conducción de calor, lo que puede ser una desventaja para climas donde existan altas temperaturas.

Los techos de lámina pueden perdurar un largo plazo, si es de menor calidad 20 años, y si es de material más resistente como el zinc, aluminio, acero inoxidable o el cobre, son capaces de durar de hasta 20 años.

Estos recubrimientos previenen filtraciones de agua, además de reflejar los rayos solares y así evitar el incremento de temperatura en el interior.

Cuentan con eficiente energética, porque los techos de lámina son fácilmente reciclables.


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